16 ene 2011

¿Que es el odio?

A menudo me hago esa pregunta. Quizás motivado por el saber, o por el morbo, acostumbro a observar a las demas personas en sus problemas cotidianos, y a las características únicas que tienen cada uno de ellos. Y he de decir, sin miedo a equivocarme, que el odio resulta poderosamente entretenido.

En un papel de personaje fuera de plano, en medio de una escena, uno puede entender hasta cierto punto, como es otra persona. Y el odio acostumbra a ser un factor calve para descubrir las motivaciones y los temores de cualquiera de nosotros. Porque todos tenemos miedo. Ya sean irracionales, infundados o exacerbados, siempre habrá algo que os haga temer, que nos haga dudar y, en consecuencia, que nos altere, nos crispe y nos haga actuar de forma diferente.

Pondré un ejemplo bastante común en estos días. Un joven, llamémosle Pedro, tiene una vida completamente normal, tiene amigos, colegas, familia, una novia (o ex, a su gusto) y un pequeño hamster en su cuarto. Un dia cualquiera, le llega el rumor de que alguien está descalificándole, sin aparente motivo. Pedro, que es bueno de carácter, se extraña, pero al principio no son mas que rumores. Además, ¿quién querría hacerle daño, cuando él es el primero en tender una mano de ayuda y escuchar los problemas de los demás?

Pongamos que los rumores no cesan, sino que incrementan, tanto en número como en dureza. Pedro, que no le gusta ser el nombre en la boca de los demás, comienza a encontrar a los iniciadores de los rumores. Para su sorpresa, gente que en un pasado no muy lejano había ayudado de una forma u otra, ahora ve incrédulo como la gratitud de dichas personas es opuesta a la esperada. ¿Que hace Pedro? Montar en cólera. Palabras que no se asemejan a la realidad, vertidas por gente cercana y a la que le tienes aprecio, únicamente usadas para comprometer la reputación de él mismo obligan a pagar con la misma moneda a los que les acusaron primero. ¿Los métodos? Exactamente iguales, con la misma credibilidad en los comentarios, y con la misma intención de hacer daño a la imagen de los demás. Incluso, si el tema se alarga y no acaba, Pedro puede acabar llegando a las manos con los que antes eran sus allegados.

Sin entrar a valorar el fin y los medios, creo que el mensaje es bastante claro. El miedo motiva a defendernos, y cuando no podemos (o no sabemos) como hacerlo, recurrimos al odio. A su vez, el odio nos nubla, haciendo que actuémos de una forma diferente, lo creo que crea mas odio en nosotros. No somos tan variables como puede parecer, y si actuamos de forma diferente nos sentimos mal por no ser nosotros mismos.

Pero hasta ahora he hablado de que precede y motiva el odio pero, ¿es el odio negativo?

El rencor nos ayuda a recordar lecciones pasadas, y la ira expulsa todo el malestar que hay en nosotros. Como todo en esta vida, nada es exacto. Es relativo que el odio sea malo. El odio nos hace actuar de una forma que no es la nuestra, y que con seguridad aborrecemos. Pero nos hace estar alerta, y nos facilita una visión diferente. El odio en sí no es malo, dejarse llevar por él si lo és, sobretodo cuando desemboca en odio ilógico o en venganza. Una persona que vive con odio no puede vivir bien, o eso dicen, mas no lo veo así. El amor, si es mucho, puede ser mas problemático que el odio. El odio no es mas que otra forma de que nuestro cerebro se defienda del entorno.

Sin odio, no seríamos mas que gente ingenua sin capacidad de reacción, ¿no creen?

Steven Christiansen

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